El camino de la montaña

Creyendo en ti, creciendo en mí. Paso a paso.

Lo saben las montañas.

Diciembre nos regala un hogar entre mundos.

Cae la lluvia. La tierra verde y plácida bendice cada gota.

Allí donde no alcance, me esperará tu calma.

Tu mano, sosteniendo la mía. ¿Existe otro lenguaje?

El gran Apu bendice esta lluvia sagrada.

Más allá queda el mundo, el ruido de las masas.

Aquí solo hay quietud, la paz de las montañas.

El camino sencillo empieza en uno mismo.

Fluir como este río, ¡Jai Ganga Ma!

Creer en ti, crecer contigo.

Neer Waterfall, Rishikesh, India

2 poemas de amor y el mar…

«Que se abra el mar»

Remo tristezas que no desaparecen

duermen anémonas en esta soledad

allí no llega mi voz

ni el viento

ni el canto de las sirenas blancas

Ninguna luna ha permitido amores en el aire

Si yo pudiese volar

cruzando el paralelo de tus brazos

sería todo matriz de un mismo sueño

en esa isla que hoy deseo

nuestro hogar

Allí donde levanta la aurora boreal

mi piel aún tiene frío y ausencia de tus manos

El tiempo es un letargo sostenido

escarcha en cada valle

tectónica de placas en su cauce

que no abren tierra alguna

en medio de este mar

Dame una prueba de amor irrefutable…

¡Qué arda el aire y se abra ancho el mar!

Que ya no sean cobardes las flores del destino

si pueden ver que tú

estás aquí conmigo

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Mi voz…

Mi voz guarda memorias recónditas de océanos
Mi voz, que ayer era del agua…

Hoy es solo del viento y lleva en su silencio
recónditos secretos
que nunca conté al hombre
porque eran sol y fuego


Espíritus del Aire, anhelos desde el Cosmos, semillas de mis sueños…

Mi voz, dormida en los océanos
callada aún en la Tierra
vivía en los elementos, tenía la sed del bosque
y el verso de otros tiempos

Entonces, despertaba
desnuda y habitada
y en lágrimas de lava
otra voz me decía:

que Universo era yo y Él era

en mi palabra

Escribir del amor, bajo el signo de leo_2

Detrás de la mujer de los ojos rasgados

donde se pierde mi llanto y se acaba mi sal

mi arena y mi ternura

mis largas horas ciclotímicas

son solo la incoherencia y el ciclo incordura

y el manso remanso

que va buscando la orilla de la calma

Levantan sus velas al horizonte mis horas o mis alas

y a veces son rasgadas telas apenas ya sin rumbo

(Oh pena mía)

y a veces blancas telas con el canto de mi dicha remando los soles

(cándida esperanza mía)

Y en cada azul que no alcanzo para pintarte los sueños

que tú estás esperando

un llanto se alza volando hacia los astros

Y allí nadie respira nadie habita nadie dice nada

Y por debajo del aire las sombras

aquí en el vano mundo de los hombres

repleto ya de sombras

Aquí no hay nada ni nadie que se alce

Y arriba inmenso cielo

solo está el gran Dios sentado sobre su reino

solo el aire duerme y el aire nos vela

y el alma mía para el aire vuela

porque quiero

que respiremos mañana al despertarnos

la luz de los astros

No hay más nada que el murmullo de los astros

dentro de la mujer de los ojos rasgados

Detrás de mi mirar no hay nada ni nadie

sin tus soles

Escribir del amor, bajo el signo de leo_1

Escribir el amor. Elevar el amor. Bendecir nuestro amor. Re-inaugurarlo. Volver a ser la piel de sus raíces. Su lentitud y enigma. Sus hijos y aprendices. Su templo y equilibrio. Tú y yo; espíritus del aire, del agua, del sol. Hijos, del Dios amor que está vivo en nosotros. Somos lengua en lenguaje de amor. Somos: amor en danza, amor único idioma. El león está reinando en los cielos y tú; eres león en tu pecho rugiéndome de amor.
¿Sabes? Hago ayuno de todo, cuando Soy en tu amor. Hago ayuno de mundo si estás lejos de mí, aquí, en las ciudades jungla. Me nutro solamente de amor y de tu voz. Y soy también león, en mi pecho está vivo el anhelo. Sueño, que estás desnudo frente a mí y te escribo el amor siendo el vientre del fuego. Y soy, la voz que prende el corazón como un faro encendido rendido en el ocaso, frente al mar. Amor sagrado.
Mar lejano, mar adentro, océano mar que solamente ama…
El mensaje del mar es amor, la luz del faro es amor. La palabra: el amor, el camino: el amor. El destino: el amor en la danza del fuego que tú y yo
ahora Somos

SUEÑO

Porque él aún no sabe:

que yo siempre lo amo,

que yo siempre lo anhelo,

 como se escribe un sueño

para hacerlo real…

Si pudiese abrir al mundo:

mi cofre del silencio

mi corazón secreto

el amor que yo amo

al hombre de mi sueño

(el que ya me ha soñado…)

Si alguna vez pudiese

asirme a sus raíces y aun así

seguir siendo la «etérea»

La rama, la madera, el pétalo, la nube

La tierra y la matriz, del bucle de mi sueño

Mi incuerda memoria de las horas

y mi sabia e indómita, niñez adulta

La piel de mi otra piel

en la primera impronta

latido de mi esencia

Si fuese yo la lluvia

cayéndome sin pausa

precisa y milenaria

como un abecedario

sobre su manto de hombre

sobre el Sol de su nombre…


Si fuese de Venus y la Luna

mi historia y mi leyenda

mi alma, mi ternura

la fe que me tutela

y aun así…

Pudiese él asirme

creerme y abrazarme

nacer de mí tan libre

como un ave…

Un día, de mi pecho

 como una flor del viento

 como un niño de amor

Ahora solo escribo

mientras vivo este sueño

Pero he aquí mi misión…

Un día,

he de dejar la palabra

y descalza en esta tierra

sin remora, ni viento

sin niebla, ni rubor

sin el fervor remanente

de tener que volarme

del hambre hacia mis vértices
                (o lo que son mis alas)

Voy a enseñarle a amarme sin palabras

A almar el corazón sin más lenguaje

                     precisamente aquí:

                                 entre el Cielo y la Tierra del hombre

Voy a retarle a ser libre

y a ser, por libre, un solo Ser conmigo

fundido en dos mitades

Dos mundos por el mundo              

Dos pechos tan desnudos

Trotamundos Aéreos Despiertos

Que se anhelan en beso y son el Beso

Que se escriben en sueño y son su voz

Un día, una estación…

Voy a inundarle de Amor

hasta las cumbres

de mi mujer de aire

de su hombre del Sol

Gracias infinitas a Pau Donés, que ya está en las estrellas,
por tantos regalazos como nos ha dejado
con sus canciones y su hermosa humanidad
, aquí en la Tierra.


Mariposa

Tú me enseñaste a llevarte dentro,

como un verso encendido,

como un hombre del viento

A mí que siempre fui,

mujer de aire

Mariposa

Vivir en un cielo detrás del ocaso

Tener un pincel mago y dibujarlo

Dejar el gris en el ayer… ¡Borrarlo!

Volar de nuevo hacia mi sueño raso
Andar sobre las nubes para besar la aurora

Pedirle a un nuevo Dios y de puntillas

Que traiga hasta el volcán de mis orillas

el sueño que de noche mi voz implora

Ser solo un alma alada

de aire, fuego y agua

ansiar las olas

Sentir las bravas olas del océano

y hundir en él los miedos

para atreverse con todo…

Amar siempre la magia

Vivir en su cadencia

¡Romperle el rostro vil a la indecencia!

Ser mariposa azul y abrir las alas

Latir, tu verdadera esencia

Sentirse una flor blanca entre amapolas

Me estoy acostumbrando a ver nacer el sol

Amanecer desde el terrado de mi edificio, en el Guinardó.

Me estoy acostumbrando a ver nacer el Sol.

A contemplarlo en esa hora mágica en la que sé:

que su amor es alto y suave

y sus rayos ultravioletas no dañarán mi visión.

Imagen de Jaguar de Noelia Acuña, en Pintarest

Soy un Jaguar frente al Sol,

una guerrera alada buscando la libertad.

Soy un Delfín bajo el Sol,

vengo de las Pléyades y el Sol conecta mi luz a la de mis estrellas madres.

Soy una Paloma que vuela bajo el Sol,

un Ave-Mar de paz, buscando la hermandad de otras bondades.

Soy un alma tan vieja cuando me miro en el Sol,

que sé que mi corazón, en él se funde y se eleva

llevándome a la edad de otras edades.

Y ahí ya solo Soy…

¡Naturaleza viva!

Y soy

La madre Andina, la diosa India,

la sacerdotisa Hebrea.

El aire, el agua, la madera, la tierra

El fuego y la Chamana, Soy.

Soy un sueño viviendo

entre el Cielo y la Tierra.

Y en cada amanecer,

yo solo espero Ser bajo el Sol…

El mar y sus mareas.

La luz de mis ancestros

corriendo por mis venas.

Errante, un poema

¿Mi corazón desprendido

volviendo a unirse a la rama?

Por mis sueños sigo errante.

Mañana, el rocío

borrará todo lo escrito.

Después, solo silencio y lluvia.

Cuecen los ojos,

las horas caen como lágrimas…

Amor de jungla.

Imagen de Antje Hoffman, «I like it» en Pintarest

Días, que vives

en soledad de lluvia

y bosques…

Noches en que no ríes, ni lloras, ni engendras.
Solo resistes heroica, una vez más…
El paso del tiempo entre los árboles.

Mi corazón es de fuego
y no de jungla, ni de selva.

Y mi camino, ahora está:

entre el Aire y la Tierra.
No en una playa desierta,
ni en la niñez que te ahonda.

Imagen de Silvina Bergé, Mágico en Pintarest

Cuando una mujer de aire se va…

Tu soledad,

vive en el Alba.

Imagen de la red