Poematerapia

Con este post inicio un nuevo ciclo, que bautizo con el nombre de:

«Poematerapia»

Al fin y al cabo, este es también un Blog de terapia y la escritura, ha sido una de las mejores herramientas a lo largo de mi vida.

Así que «esto» nace como un intento de ayuda para aquellos que resuenen con una conexión y auto-terapia a través de la escritura.

La idea, es hacer un pequeño análisis después de cada poema y llegar a unas conclusiones en forma de «Tips». El primero que voy a compartir es de mi antiguo blog, mujer de aire.

*Nota: el texto es largo porque en su momento, fue creado para Slam.

Ciudad de alfanje

Duermes, entre diamantes1, en ese azul inmenso

que te ha sangrado el Ego y la sed de silencio.

Tiento a tu sueño y me estremezco…

He aprendido a besarte sin Beso, a acicalarte los labios con los dedos 

y mi pequeña niñita culpa.

Duermes y no sabes, que yo: escribo mi intención con la boca desnuda.

Que yo, velo tus noches en mi ciudad de alfanje

y ahora soy la del aire y la que aún, no has besado.

Sueñas y no sabes, que, mi antes de ti era un caos.

Que en esta tierra domada, en esta horma mía,

anhelaba ser cima y era un mero incendiario.

Era, mi boca la marea. 

Era, mi infierno una jungla

Un lugar para el hombre y su furia.

Era Yo, como siempre, de mí tan mía, mujer volcán y aire.

¡Yo y mi Ego!

Tan rojo y delirante,  que solo era el latido de un verbo en erupción.

Que solo era gemido y una Voz contra el viento y el Dios de los percances.

Un verso constricto y decidido a no ser de nada ni de nadie,

destinado a morir o vivir, derramado en los muros del aire.

O en este pueblo, pecho mío, corazón selvático,

siempre en puto abismo y en riesgo de extinción,

con tal de no herirse a cosa hecha, pidiendo guerra o bala…

Y tú, te angelas y duermes hombre-niño

como antes del fuego y su equilibrio, 

en esa piel que te respira tan profundo,

como desnudo de mundo vas.

En esa piel que asoma y te refleja liberado

y  un poco humano mío.

Sueñas y alcanzo tu sonrisa,

con mi mano de prosa que todo lo toca y sin embargo no sabe, 

cómo inocularte en el corazón la llama…

¡Debiera ser la Eva y no la Geminiana!

Asirme a tu bandera o tu madera de roble y darte un solo Beso antes de huir…

Morir en ti mi sexo y mi deseo, una noche perpetua en tu alcoba…

Y volarme después a ser mi sino de trigo y tempestad,

mujer de aurora y barro.

Respiro. Puedo vivirte y vibrar.

Cerrar los ojos. Imaginarte aún, sin haberte infringido con mis dedos de incendio. 

Sin haber besado, la locura del alma esa que tienes

que puede contra el fuego y el hambre.

Pienso…

si acaso vas a darme el sueño de tu arquero

o un cofre de secretos para salvar mi Luz

Y así, poder trepar a mi osadía gritando cómo te AMO

contra el techo del mundo…

Amanece mi voz en un desierto, lleno de miel y luceros.

Amanece mi amor, en un quiero y no puedo.

Porque no he susurrado a la noche tu nombre

y que «esto», que,  a mí me sucede no debe ser consentido

porque tú: duermes entre diamantes y yo…

Yo, solamente me escribo y me desvivo noche, tras noche.

Me inmolo a cielo abierto en esta ciudad de alfanje.

Demudo a todo verso mi intención y solo soy aún:

la de la herida Lorquiana 

la que vuela sus aves del pecho con palabras…

La que le teme al amor y a su verbo de sangre, 

por si otra vez me hiere. 

Soy yo, la aprendiz de aprendizas.

La del anhelo del Beso por ti no dado, niño Hombre.

Yo solo Soy:

la del barro y el aire

en esta ciudad de Alfanje

«Mujerdeaire»

Análisis y Tips

1Referente a la expresión: «Duermes entre diamantes»

Acaso ¿ves en el otro, un ser mejor que tú solo porque ya se ha ido sanando,

mientras tú estás aún en el proceso?

Todos somos iguales. Cada uno tiene su ritmo y sus procesos y no debemos sentirnos ni más, ni menos que nadie, por estar en un momento diferente del camino.

El simbolismo del barro

El barro aparece en varias ocasiones y bajo distintas formas: la mujer de barro, la ciudad de alfanje, la casa de barro… Todas ellas son una clara alusión al modo en que se está reconstruyendo o dando forma a sí misma esa mujer,  tras haber vivenciado el dolor de sus heridas.

Tras la herida, siente que tanto el cuerpo como el alma son de «barro». Se está moldeando así misma, volviéndose a parirse y a crearse.

La «ciudad de alfanje», es el lugar al que ha huído, para sanarse. En ese barro donde vive, está transformando su ser. Dándole la forma que siente que necesita, para volver renovada y con una nueva esperanza a la vida, una vez el dolor haya podido ser llorado, duelado y asumido.

En la ciudad de alfanje, el dolor se contempla desde arriba. A vista de pájaro y fuera de la ola emocional, para poder ser transmutado, finalmente y desprenderlo del corazón.   

Desde aquí invito a todo aquel que siente la herida de abandono en el amor, a sentir su «SER DE BARRO», para poder moldearse nuevamente y desprenderse del dolor. Pero no de la vivencia y del aprendizaje que este,  nos entrega como una perla preciosa de sabiduría. Como una cicatriz embellecida, en la que brilla la luz.

Como la huella que deja en la frente

el diamante de la mujer hindú

Desde mi más humilde opinión, la clave está en el recogimiento y en la auto-escucha. También en pedir ayuda «si siento» que lo necesito. Eso ayudará a empezar esa transformación, ese crearse de barro, para ser moldeado por la propia libertad de, valga la redundancia, ser lo que uno quiera Ser.

Los TIPS para ello serían:

  • Retirarse y descansar, pasear por la naturaleza, nutrirse con buenos alimentos y dormir todo lo bien que se pueda.
  • Escucharse y preguntarse a uno mismo ¿qué cosas me hacen sentir mejor? Ahora que me miro y puedo entrar en mí, también puedo sentir lo que me hace bien…
  • Pedir ayuda a un profesional, si siento que lo necesito (ya sea un Psicológo, un coach, un chamán, un terapeuta..) Intuitivamente, nuestro corazón sabe encontrar la ayuda de la persona que necesita en cada momento.
  • Permitirse vivir en esos espacios de auto-amor creados para uno mismo. «Nadie sabe amarnos como nosotros tenemos la capacidad de hacerlo, en esos momentos»
  • Escribir los sentimientos que van fluyendo. Hablarse desde el corazón. La escritura, también es una forma de terapia en la que podemos conectar con la emoción y la manera de sanarla.
  • Escribir puede incluso llegar a ser una herramienta canalizadora de mensajes, porque nos conecta directamente con nuestro Ser superior o con nuestro «Dios personal»
  • Entregarse a vivir en esos espacios íntimos, que uno mismo sabe crear para su recogimiento y autosanación.

En resumen, entregarse a estar en comunión con el espíritu y a caminar de su mano, hacia el lugar donde vuelve a brillar el sol y se encuentra la fuerza instintiva que todos poseemos en nuestro interior —aunque «el barro» (la vida y sus experiencias, ya sean buenas o malas) nos ha ido moldeando— hasta que aprendemos a elegir cómo será nuestro nuevo molde, desde la mirada hacia dentro y el auto-amor, que nos llevará a vivirnos en una clara mejor versión de nosotros mismos.

Ese nuevo ser «nacido del barro» en el que,  por sus grietas o heridas, puede, al fin, entrar la confianza y la Luz.

Con amor, me despido y os dejo una canción de la gran Mercedes Sousa

Yo, Sabana

Yo, Sabana

Tú, buscadora: lo sentías…

Ahora ya no eras la gata de la lluvia maullando en piel ajena, soledades.

¡Ya no eras!

Ahora, dilataba tus pupilas el alma de la luna,  danzándole a tus ciclos:

el amor hacia ti misma y la ternura.

Y yo, mujer hermana, tan solo te contaba mi vivencia.

Mi pequeña palabra o verdad.

Mi forma personal de sanarme a mí misma,  para mí y para el mundo,

por si a ti, también te servía.

Yo solo te contaba, que ahora no dormía mi memoria en sueños frágiles de aire.

Que ya cesaba el llanto de mis ojos y giraba veloz sobre mis propios pasos,

si es que regresaba: caminante él a mi camino y volvía a recordarme,

de qué hoguera y de qué selva habíamos nacido los dos.

Y entonces yo mudaba, leona, a mi pelaje. Alborotaba al viento la melena ¡Y rugía!

Rugía de verdad, voceando frente al mar:

¡Qué yo ya no llevaba el peso de la lluvia o de la culpa en las entrañas, de la primera Eva!
 Porque ahora era auténtica. Era, mujer universal.

Ya no tenía que maullar en piel de Adán o Adanes.

No volvería a ser la flor trémula del aire prendiéndome en el pecho,

versos con pétalos mojados en lágrimas, para un amor de nadie,

para un amor fugaz solo de aire…

Yo ya empezaba, a ser: Luz y Sabana

El alma de la selva, del agua y del volcán.

Y era mi vida todo eso…

La luz de aquella estrella, mi espíritu salvaje, mi sangre y mi linaje.

Todo eso era.

Y sí, también era mi corazón desprendido, en otros tiempos,

volviendo a ser prendido

a la vida y a la rama.

Mi corazón desprendido, prendido firmemente a la rama de la selva y mi vientre de la selva.

Mis ojos, de la tierra del hombre verdadero.

Mis ojos: sus espejos.

Y sus ojos: mis espejos.

Yo era mi Dios y mi Diosa en el camino, hacia un dulce equilibrio.

Sabía bien mi destino porque ya, había aprendido a intuir…

Fluía con la vida, olía el viento acre y el beso del almizcle y volvía a reinventar:

mi calma o mi ternura.

Mi grito contra el viento de la nada, mi auténtica victoria sobre el ego vencido.

Yo era mujer de un solo eje, montaña o cordillera ¿Sabes?

Era mamífera intuitiva y audaz.

Humana, parida del cielo de lo humano. Hija del sol y la luna,

del único latido de la vida y la jungla.

¿Y sabes, hermana?

Ya no fui más felina, maullando a gatos pardos que no sabían aún si

eran amigos del diablo o habían perdido el corazón

y cuatro o siete vidas sin un amor verdadero.

Solo podía reconocerme: en otra piel como la mía, en otra selva como la mía,

en otro corazón sin rejas, sin escarcha, sin torres, sin domar.

Porque ahora solo era, mírame: «La divina»

Aquella de la que el hombre del miedo siempre por siempre huiría, por mi bien,

cada vez que intuyera

que yo empezaba a ser la mejor versión de mí misma,

cuando él, aun no estaba listo para serlo.
 

La mejor versión de mí misma, parida por mí misma para la tierra.

Ya no quedaba guerra ni guerrera.

Mi tierra era tan solo la sabana, que abría y entregaba un ser puro de fuego,

o el beso en la horma de otro pecho

rugiendo sangre viva y auroras frente al alba, como yo.

Esa era ahora,  ¡mi Sabana extendida!

Mi amor para mí misma, hoy, ya, por siempre, era.

Principio y primavera, el cauce universal de Dios y lo divino.

Sagrado femenino para el mundo.

La auténtica mujer que, como tú, hoy despierta.

Hermana, esta es mi palabra. Mi pequeña historia para ti y para mí.

Y yo, la maga, la enlazadora de mundos, caminante del cielo y de la tierra, como tú. Te entrego mi decreto, con todo el amor del corazón.

Yo, la Dakini                                  
Yo, la Chamana
Yo, de la Selva
 Yo, de la Luz
 Yo, como tú, mi Hermana
 Mi dulce Espejo

Azul  

MM🎇☪️🕉☯  

Remedio contra la impaciencia

Deja que avance el otoño, que el pulso de septiembre adentre y se recoja.

Que la humedad se abrevie y la tarde sea corta.

Que el día sea un concierto de ocres y amarillos.

Deja que ordene mi casa, mis pasos, mis motivos…

Deja que me resuelva y te resuelva conmigo. Deja que me constele y regrese, que llore dignamente, que barra la ceniza de la sombra.

Y al amor, si es que llega…
Déjalo  ¡qué se arroje! Déjalo que se muestre, que luzca, que provoque.

Que vista su intención con las mejores galas.

Que tropiece y se caiga de bruces en esta soledad tan hilvanada.
Déjalo que huya un tiempo, que se quede en silencio, que se mire y se enfrente a su vértigo. Déjalo que renazca y se eleve, déjalo que nos sueñe. 
Déjalo que respire, que vibre, que desee, que se lance y te toque y se queme los dedos.
Deja, que llegue el frío del invierno y que huela el viento a limpio, como huele en noviembre. Déjalo que se arriesgue, que se acerque a mi pecho y pueda ver las ramas desnudas de mi abrazo. Deja que me sacuda, que vuelen de mí los pájaros, que mi interior sea haga trigo y nutra el corazón desentrenado.

Deja que se acomode, que fluya por instinto, que se enrede y trace un camino sin nudos en su trama.

Deja que nos contemple, que nos mire a los ojos y que así ¡se haga llama!

Dejémosle que vuele, que se alce, que prenda y nos habite.

Que aprenda nuestros nombres y en la boca los goce.

Déjalo que nos ría y nos llore, déjame que le escriba y le añore, que le roce los labios con el beso prohibido.  

Déjame que lo temple, que lo estrene, que lo queme, que lo arroye contigo.

Entonces si resiste, yo al fin me habré rendido.

Déjame perdonarle por habernos vencido.

Déjame que lo tenga,  que despierte a mi lado. Déjame que lo abrace, que lo lleve en la entraña, que lo meza contigo en el fuego del alma.

¡Démosle el privilegio de ser libre!

Que crezca, que sea como un niño, que nos busca en su juego.
Y entonces, simplemente: dejémosle suceder… 

No hagamos el amor…

Que sea él, quien nos haga.

Escucha «Remedio Contra La Impaciencia» en Spreaker.

Escribir del amor, bajo el signo de leo_1

Escribir el amor. Elevar el amor. Bendecir nuestro amor. Re-inaugurarlo. Volver a ser la piel de sus raíces. Su lentitud y enigma. Sus hijos y aprendices. Su templo y equilibrio. Tú y yo; espíritus del aire, del agua, del sol. Hijos, del Dios amor que está vivo en nosotros. Somos lengua en lenguaje de amor. Somos: amor en danza, amor único idioma. El león está reinando en los cielos y tú; eres león en tu pecho rugiéndome de amor.
¿Sabes? Hago ayuno de todo, cuando Soy en tu amor. Hago ayuno de mundo si estás lejos de mí, aquí, en las ciudades jungla. Me nutro solamente de amor y de tu voz. Y soy también león, en mi pecho está vivo el anhelo. Sueño, que estás desnudo frente a mí y te escribo el amor siendo el vientre del fuego. Y soy, la voz que prende el corazón como un faro encendido rendido en el ocaso, frente al mar. Amor sagrado.
Mar lejano, mar adentro, océano mar que solamente ama…
El mensaje del mar es amor, la luz del faro es amor. La palabra: el amor, el camino: el amor. El destino: el amor en la danza del fuego que tú y yo
ahora Somos

¡Quédate en casa! _Día 22_ Un poema sanador para mujeres arcoíris

yo Sabana, poemas sanadores para mujeres arcoíris

Yo, Sabana. Poema recitado

Tú, buscadora: lo sentías…

Indian woman, Imagen de Pintarest

Ahora ya no eras la gata de la lluvia maullando en piel ajena soledades

¡Ya no eras! 

Ahora dilataba tus pupilas el alma de la luna danzándole a tus ciclos: el amor hacia ti misma y la ternura.

Y yo, mujer hermana, tan solo te contaba mi vivencia. Mi pequeña palabra o verdad. Mi forma personal de sanarme a mí misma, para mí y para el mundo, por si a ti, también te servía.
Yo solo te contaba, que ahora no dormía mi memoria en sueños frágiles de aire. 

Que ya cesaba el llanto de mis ojos y giraba veloz sobre mis propios pasos, si es que regresaba: caminante él a mi camino y volvía a recordarme, de qué hoguera y de qué selva habíamos nacido los dos. Y entonces yo mudaba, leona, a mi pelaje. Alborotaba al viento la melena ¡Y rugía! Rugía de verdad, voceando frente al mar:

¡Qué yo ya no llevaba el peso de la lluvia o de la culpa en las entrañas de la primera Eva!
Porque ahora era auténtica. Era, mujer universal.
Ya no tenía que maullar en piel de Adán o Adanes. No volvería a ser la flor trémula del aire prendiéndome en el pecho, versos con pétalos mojados en lágrimas, para un amor de nadie, para un amor fugaz solo de aire…

Yo ya empezaba, a ser: Luz y Sabana
El alma de la selva, del agua y del volcán.
Y era mi vida todo eso: la luz de aquella estrella, mi espíritu salvaje, mi sangre y mi linaje. Todo eso era.

Y sí, también era mi corazón desprendido, en otros tiempos, volviendo a ser prendido a la vida y a la rama.
Mi corazón desprendido, asido firmemente a la rama de la selva y mi vientre de la selva. Mis ojos, de la tierra del hombre verdadero. 

Mis ojos: sus espejos. Y sus ojos: mis espejos.

Yo era mi Dios y mi Diosa en el camino, hacia un dulce equilibrio.  Sabía bien mi destino porque ya, había aprendido a intuir…
Fluía con la vida, olía el viento acre y el beso del almizcle y volvía a reinventar: mi calma o mi ternura. Mi grito contra el viento de la nada, mi auténtica victoria sobre el ego vencido.

Yo era mujer de un solo eje, montaña o cordillera ¿Sabes?
Era mamífera intuitiva y audaz. Humana, parida del cielo de lo humano. Hija del sol y la luna, del único latido de la vida y la jungla.

¿Y sabes, hermana? Ya no fui más felina, maullando a gatos pardos que no sabían aun si eran amigos del diablo o habían perdido el corazón y cuatro o siete vidas sin un amor verdadero.  Solo podía reconocerme: en otra piel como la mía, en otra selva como la mía, en otro corazón sin rejas, sin escarcha, sin torres, sin domar. 

Porque ahora solo era, mírame: “La divina”.
Aquella de la que el hombre del miedo siempre por siempre huiría, por mi bien, cada vez que intuyera que yo empezaba a ser la mejor versión de mí misma, cuando él, aun no estaba listo para serlo.
La mejor versión de mí misma, parida por mí misma para la Tierra. Ya no quedaba guerra ni guerrera. Mi tierra era tan solo la sabana, que abría y entregaba un ser puro de fuego, o el beso en la horma de otro pecho rugiendo sangre viva y auroras frente al alba, como yo.

Esa era ahora ¡mi Sabana extendida! Mi amor para mí misma, hoy, ya, por siempre, era. Principio y primavera, el cauce universal de Dios y lo divino. Sagrado femenino para el mundo. La auténtica mujer que, como tú, hoy despierta.

Hermana, esta es mi palabra. Mi pequeña historia para ti y para mí.

Yo: la maga, la enlazadora de mundos, caminante del cielo y de la tierra, como tú.

Te entrego mi decreto con todo el amor del corazón. 

Xaman woman, Imagen de Pintarest


Yo, la Dakini                                    
Yo, la Chamana  Yo, de la Selva
Yo, de la Luz
Yo, como tú, mi Hermana
Mi dulce Espejo
Azul
🎇☪️🕉☯  

Zbigniew Preisner to know