Para aprender a volar, se necesitan raíces antes que alas…

Un día, aquel que estaba a punto de marcharse vino y me dijo:
“Quiero ser libre y volar…
Y sé, que para poder a hacerlo… Se necesita un ángel o una mujer de aire.
Pero hay que darles algo a cambio y yo, aún no tengo nada que ofrecer”
Entonces me dio un beso y se marchó. Tan solo se giró, cuando empecé a gritarle:
Para aprender a volar, primero necesitas: ¡Tener raíces!
Saber de dónde vienes y a dónde quieres llegar.
Y amar tu libertad. Ansiar tu libertad. Buscar tu libertad…
Para poder construirla al detalle, como un mago en el aire.
Soñarla grande y rauda. Latirla, lucharla…
y ¡Vivirla!
¡Gozar tu libertad para salvarla!

Para aprender a volar, necesitas también de tu palabra.
Hacer del corazón el verbo y el oficio.
Y tener un sueño a cuerpo abierto, que resista contigo el minutero…
Un sueño que te dibuje a ti mismo, que te derrame el anhelo entre la piel y la sangre.
Para aprender a volar debes ansiar:
Ser y no ser de nada, ni de nadie…
¡ Ser, simplemente y vivir!
¡ Ser y apalabrarte!
Gritar muy fuerte contra el viento: ¡Soy del aire…!
Y ser aire y volar sin detenerte, sin tener patria propia,
sin dormirte en la aurora, sin cohibir tu horizonte.
Sentir tus alas contra el viento del Norte, sanando todo cuanto Eres…
Tu esencia, tu linaje, hallar la fuerza y el don de tus raíces…
Amarte y bendecirte.

Y después, si es un día quieres…
Regresas a mi casa, sin techo ni paredes.
Y dejas que tu amor sea libre y del sueño que se vive,
que sea un gran guerrero y nos pelee, ya sin egos, ni temores.
Que atrinchere su verbo en nuestras noches del hambre.
Que conozca el insomnio por su nombre y resuma en el tiempo sus razones…
Que te haga vivirte y vivirme
aprendiendo a vibrar lo que somos
Que se asome a tu brillo y se nombre leyenda
en tus ojos de infancia o en mi risa del agua
Que me obligue y te obligue a doblarnos ante él
¡Qué no pueda culparnos de errores cometidos!
Que libere los cinco sentidos y logre Re-Inventar-Nos
Bajar a los infiernos si hace falta…
Volcarse hacia el abismo para domar
las bestias y las sombras
Desvestir una a una la herida,
sentirse en la marea de la vida,
amando, verde corazón de jungla viva
Ser el chamán y la selva
Y amar en esta Tierra, para volar desnudos…
¡Amar, para Volar!

Puesta de sol en Jaislmair, en Rajasthan
Le pedí demasiado… Me dijo un «¡Hasta siempre!» Giró su rostro y se marchó.
Lo fui perdiendo en la distancia…
Y entonces me quedé, viviendo alada en mi sueño…
No sé, ni cuanto tiempo transcurrió.
Tal vez pasaron décadas, tal vez vidas enteras…

Pero un día, por fin… volví a saber de él.
Se había hecho un gran guerrero. ¡Abrió su corazón-desnudo, al Sol!
Bebió de sus nostalgias. ¡Se izó a la mar!
Le dio la sal de sus lágrimas, la fe de sus palabras.
¡Volooooó!
Dejó una línea de azul insostenible, quebrando el horizonte.
Quiso insolarse a cielo abierto; soñarse en el delirio,
saber que estaba vivo, latiendo con su sueño corriendo por la sangre.
Iba desnudo como un Ícaro, volando bajo un Sol de medianoche.
¡Se derritió!
Y, al fin se construyó… Como un Ave de Luz que había aprendido a amarse…

Pudo encontrarse y encontrarme:
en otro nuevo mundo, en otro inmenso océano…
¡Entre Venus y el Sueño del Aire!
Pudo volver y redimirnos.
Decirme a grito limpio y con la mano abierta sobre el pecho:
¡Qué ya era el nuevo sueño para el hombre!
Entonces, yo… ¡Temblé!
¡Me hice tan pequeña entre sus brazos, que mi amor fue un gigante!
Mi corazón tuvo vértigo, por un momento eterno…
¡Volvió a temer el dolor!
Pero ya no había razón para el temor. Ya no.
Porque él, había aprendido a hacer su corazón de vivo fuego…
¡Como un hombre del viento, como un hijo de Orión!
Se amó. Me amó. Nos redimimos. Pudo creer en él mismo y en mí…
Pudo sentir que era Aire, era Fuego, era Agua, era Tierra, era Libre, era Dios…
Como yo misma lo fui.
मै तुम्हे हमेशा प्यार करूंगा
Pudo sonreírme y sentir. Mirarme y desnudarse para mostrar sus alas.
Jugar a ser mi espejo eternamente, ahora que tenía la cosa más hermosa que ofrecerme :
el don para sumar las propias Libertades
la fe para poder:
recomenzar el Aire

Imagen de Santa Batuhtina-Banga, en Pintarest