Si pudiese aprender la bondad de los árboles Imitarlos y arraigar cuanto soy al ciclo de la Tierra Dejar de lamentarme cuando el mundo me rompe Crecer sabia y serena en la esencia del bosque Sentir que mi corteza se templa mecida a la intemperie llena de amor y de aves ¡Que mis frutos se abren para nutrir la vida! Volver a ser semilla que aflora en primavera o en el mejor de los sueños: una mujer hecha árbol que espera al que se acerque y al apoyar su frente en mi tronco intrincado puedan ser necesarias las ramas de mi abrazo
El buen amor

con su carácter y su independencia,
sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo,
dejarlo que se acerque cuando quiera,
siendo feliz con su felicidad»
— Julio Cortázar
El mar o la mar Como narran los que se sienten poetas Cunas de orillas amantes Rumor de besos fundidos sobre la arena Sentada frente al mar Resumo todo cuanto para mí vive en el pecho Como aquellos amaneceres Que despertaba contemplando el mar Y las tardes que temblaron al crujir de mis años, Entre tantas dunas soleadas Que dibujaron mis dedos ***** Lenguas de fuego se acoplan A una era entera de placeres milenarios Desnudando los mudos lugares en que ya no habitará la dormida calma tras su paso Teoremas inimaginarios, gozar sin pausas en las cumbres de su cielo Alas en los sueños y en los brazos Manos que recorren la piel del alma cercando los lugares en que habita lo que nos hace inenarrables Y verdaderos ***** Amapola desnuda A la entraña de una luz Volcán de las ternuras sostenidas Cumbres que se alzan Que enmudecen de verbos Cuando a la luz de los candiles Las palabras sobran Si los amantes se visten Con sus sueños Como el gran vino Se queda en tu recuerdo pituitario El buen amor te entrega un cielo vivo en la tierra Te enciende Dejando tu razón en cueros Desatinando en tu fuego A los pies de la mar Del océano o de una hoguera prendida Un mar inmenso Un bravo manantial de azules a mis pies El buen amor es eso No necesitar razones para pensar en ti![]()
Cada paso en tu caminar…
«Cada paso que da el hombre en su caminar,
es una gota de agua
que se deposita en su planeta azul»
José Luís Padilla
Báilame en un sueño junto al agua
Escríbeme un poema sin palabras
Cuéntame de tus memorias
Une toda la calma, el aire, la pausa…
Descríbete para mí al detalle
Dibújate al desnudo en mi sueño sobre el agua
Úntame la piel con besos de agua
Duérmete amor sobre mi vientre
Invéntate Invéntame
Dame lo blanco de cada verso
Dime dónde duerme el aire, dónde mi calma
Regrésame a esa tierra
Donde el amor florece
Y el miedo no tiene dónde
Báilame en un sueño junto al agua
Invéntate Invéntame
Hagámonos la piel de ascuas
frente al agua
El Reino Mutante del Agua
El canto del Agua
Hugs, Love, Biggest dreams… Abrazos, Amor y grandes sueños
¡¡Feliz Año 2021, lleno de amor y esperanza!!
Hugs, Love, biggest Dreams…
All are my wishes!
A new year is coming!
Inside eyes light.
Heartbeats giving Music
Human beings become Honest
Animals brothers, far Stars sisters,
Sun is our Father, Earth is our beloved Mom.
Why not believe ourselves?
Why don’t we stop world and put smiles in our Souls?
Now is best moment. Imperishable moment!
To say I love you!
To say I love myself!
The most powerful words
Born from guts and hearts
The ties that Bind us
Love is the truly Universe
Love are you and me
Just we need to believe it
Just we have to CREATE IT!
Abrazos, Amor, grandes Sueños…
¡Todos mis deseos!
Un nuevo año está llegando.
Los ojos interiores se iluminan.
Los latidos crean música
Los seres humanos nos volvemos honestos
Nuestros hermanos: los animales,
Las lejanas estrellas del cielo
El Sol, nuestro padre
La Tierra, nuestra amada gran madre
¿Por qué no creer en nosotros mismos?
¿Por qué no paramos el mundo y ponemos sonrisas en nuestras Almas?
Ahora es el mejor momento. El imperecedero
Para decir ¡Te amo! y ¡Me amo!
Las más poderosas palabras
Naciendo de tripas y corazones
Los lazos que nos unen
El amor es el verdadero Universo
El amor somos tú y yo
Solo tenemos que creerlo
Solo tenemos que CREARLO
Un gran compositor que nació gracias al infinito amor y confianza que pusieron en él sus padres
Otoño isla
Amaneceres en el Guinardó
En este otoño Isla el cielo es un regalo
Un sol naciente despierta día tras día
borrándole las sombras
a la ciudad dormida
Respira un nuevo aire en la mañana
que viste de Diciembre este año febril
Un día más deambularemos
antes del toque de queda
Trabajo, rutina, soledad
Y tú,
al otro lado del océano
inmenso amado mar de India
Yo sé que hay un mañana
la tierra lo sostiene
lo abraza a nuestro azul
Los árboles desnudos
saben que somos uno
La oscuridad temprana
reúne las palabras
dos idioma en uno
tus labios con los míos
serán marea y llama
un día en Rishikesh
Los versos son de piel como la vida
Danzando el alma al aire
faltan caricias de agua en la ciudad vencida
Un último «Te amo» ha sido pronunciado
antes de regresar al mundo de los sueños
En él, viajamos por un bosque milenario
somos dos ciervos enlazados
a espaldas de los hombres
de tu ciudad y la mía
Somos el corazón alado
la voz de Venus y el sueño
que hoy escribo al despertar
para tu nombre
Mujer de aire

Bruno Schmeltz, Artodissey
«Mujer de Aire»
Habías pronunciado mi nombre en sueños.
La noche andaba buscando, las fábulas de aquel antiguo tesoro
que habías guardado, debajo de tu cama,
cuando empezabas a ser un niño esponja,
acunado por el canto de las sirenas.
Allí, habías escuchado por primera vez mi nombre.
Con él, creció inmensa tu sonrisa,
llevó a tus ojos la llovizna de un amor, que aún no conocías.
No habías aprendido todavía a amar,
pero tus ojos brillaban como estrellas en la noche
cuando pensabas en mí…
«Algún día, será mía…
La mujer del aire y las espumas del mar»
Creciste demasiado rápido, te habías hecho mayor y seguías tan esponja…
Buscando sueños por el mundo, te habías olvidado de mí
y de la fuerza universal de mi nombre.
Y yo, había tenido que estar viviendo todo el tiempo sin ti;
en los versos de los poetas, en los lienzos de los pintores,
en la danza de Venus.
Para que el destino no se olvidara de pronunciarme y pudiese seguir existiendo,
como una Mujer de Aire.
Esta última noche, volviste a decir mi nombre mientras dormías.
Y tuve que salir de cada verso, de cada lienzo, de la noche y el tiempo de los astros.
Y así, volver a acariciarte en tu sueño de amor alado.
Ahora, ya sabías amar. Habías aprendido muy bien…
Ya podías desdibujarme y volver a crearme entera, entre tus manos.
Ya podías, borrarme de las venas: la mujer de los versos y los poemas, para hacerla realidad, con tu deseo.
Dejaste en mi blanca desnudez, tus besos.
Se tiñeron tus labios de rojo, besando los míos.
Me dejaste en el vientre, el frescor y la delicia de las espumas del atlántico.
Y yo, respiraba de tu cuerpo mientras tú entrabas en mí
consciente de que ya, nunca podrías olvidarme.
Consciente, de que tal vez algún día
yo volvería a ser del aire y tú, del océano.

Stephen L. Haynes
He despertado esta noche, entrelazada a tu sueño.
He despertado, con los cabellos rojos
como el color de mis labios y de tu fuego.
He despertado, con las palabras al viento
y una manta de flores, cubriendo mi deseo.
Ahora sé, que no debo tener miedo de nada.
Ni siquiera, de tus labios cuando me pronuncien.
Ni siquiera, de mi incendio cuando me deje desnuda
para que tú, me tengas:
Mujer de Aire y Fuego
Remedio contra la impaciencia

Deja que avance el otoño, que el pulso de septiembre adentre y se recoja.
Que la humedad se abrevie y la tarde sea corta.
Que el día sea un concierto de ocres y amarillos.
Deja que ordene mi casa, mis pasos, mis motivos…
Deja que me resuelva y te resuelva conmigo. Deja que me constele y regrese, que llore dignamente, que barra la ceniza de la sombra.
Y al amor, si es que llega…
Déjalo ¡qué se arroje! Déjalo que se muestre, que luzca, que provoque.
Que vista su intención con las mejores galas.
Que tropiece y se caiga de bruces en esta soledad tan hilvanada.
Déjalo que huya un tiempo, que se quede en silencio, que se mire y se enfrente a su vértigo. Déjalo que renazca y se eleve, déjalo que nos sueñe.
Déjalo que respire, que vibre, que desee, que se lance y te toque y se queme los dedos.
Deja, que llegue el frío del invierno y que huela el viento a limpio, como huele en noviembre. Déjalo que se arriesgue, que se acerque a mi pecho y pueda ver las ramas desnudas de mi abrazo. Deja que me sacuda, que vuelen de mí los pájaros, que mi interior sea haga trigo y nutra el corazón desentrenado.

Deja que se acomode, que fluya por instinto, que se enrede y trace un camino sin nudos en su trama.
Deja que nos contemple, que nos mire a los ojos y que así ¡se haga llama!
Dejémosle que vuele, que se alce, que prenda y nos habite.
Que aprenda nuestros nombres y en la boca los goce.
Déjalo que nos ría y nos llore, déjame que le escriba y le añore, que le roce los labios con el beso prohibido.
Déjame que lo temple, que lo estrene, que lo queme, que lo arroye contigo.
Entonces si resiste, yo al fin me habré rendido.
Déjame perdonarle por habernos vencido.
Déjame que lo tenga, que despierte a mi lado. Déjame que lo abrace, que lo lleve en la entraña, que lo meza contigo en el fuego del alma.
¡Démosle el privilegio de ser libre!
Que crezca, que sea como un niño, que nos busca en su juego.
Y entonces, simplemente: dejémosle suceder…
No hagamos el amor…
Que sea él, quien nos haga.
Escucha «Remedio Contra La Impaciencia» en Spreaker.
hermosa la mujer…

Hermosa la mujer
que cierra sus tinieblas
y enhebra un nuevo pacto con la vida
Valiente la mujer arrecife
la mujer colina
la mujer tempestad
la que escribe sus vértices
y se abre de sal
Auténtica la mujer coraje
la mujer jaguar
la que enfrenta sus miedos
y no busca en la boca
del temor la derrota
Paciente la mujer de arena
la mujer arroyo
la mujer cobijo
de sus sueños rotos
la mujer de este siglo
la mujer inconclusa
la mujer del ahora
Bendita la mujer esperanza
a pesar de los tiempos que corren
la que rompe los cofres del tedio y del orden
la que viste y se calza su propia verdad
la que nunca se miente
la que canta sin llanto los días de lluvia
la que llora la lluvia y avanza
la que hoy no se rinde
La mujer que me nombra: llama viva y ardiente
La mujer que me vive: alma viva y presente
La mujer que me habita y me danza
La mujer que me hace amarme y florecer
La mujer de este verbo
y de todo mi SER

Kafka Pinkola
2 poemas de amor y el mar…

«Que se abra el mar»
Remo tristezas que no desaparecen
duermen anémonas en esta soledad
allí no llega mi voz
ni el viento
ni el canto de las sirenas blancas
Ninguna luna ha permitido amores en el aire…
Si yo pudiese volar
cruzando el paralelo de tus brazos
sería todo matriz de un mismo sueño
en esa isla que hoy deseo
nuestro hogar
Allí donde levanta la aurora boreal
mi piel aún tiene frío y ausencia de tus manos
El tiempo es un letargo sostenido
escarcha en cada valle
tectónica de placas en su cauce
que no abren tierra alguna
en medio de este mar
Dame una prueba de amor irrefutable…
¡Qué arda el aire y se abra ancho el mar!
Que ya no sean cobardes las flores del destino
si pueden ver que tú
estás aquí conmigo
*******
Mi voz…
Mi voz guarda memorias recónditas de océanos
Mi voz, que ayer era del agua…
Hoy es solo del viento y lleva en su silencio
recónditos secretos
que nunca conté al hombre
porque eran sol y fuego
Espíritus del Aire, anhelos desde el Cosmos, semillas de mis sueños…
Mi voz, dormida en los océanos
callada aún en la Tierra
vivía en los elementos, tenía la sed del bosque y el verso de otros tiempos
Entonces, despertaba
desnuda y habitada y en lágrimas de lava
otra voz me decía:
que Universo era yo y Él era
en mi palabra
Escribir del amor, bajo el signo de leo_2

Detrás de la mujer de los ojos rasgados
donde se pierde mi llanto y se acaba mi sal
mi arena y mi ternura
mis largas horas ciclotímicas
son solo la incoherencia y el ciclo incordura
y el manso remanso
que va buscando la orilla de la calma
Levantan sus velas al horizonte mis horas o mis alas
y a veces son rasgadas telas apenas ya sin rumbo
(Oh pena mía)
y a veces blancas telas con el canto de mi dicha remando los soles
(cándida esperanza mía)
Y en cada azul que no alcanzo para pintarte los sueños
que tú estás esperando
un llanto se alza volando hacia los astros
Y allí nadie respira nadie habita nadie dice nada
Y por debajo del aire las sombras
aquí en el vano mundo de los hombres
repleto ya de sombras
Aquí no hay nada ni nadie que se alce
Y arriba inmenso cielo
solo está el gran Dios sentado sobre su reino
solo el aire duerme y el aire nos vela
y el alma mía para el aire vuela
porque quiero
que respiremos mañana al despertarnos
la luz de los astros
No hay más nada que el murmullo de los astros
dentro de la mujer de los ojos rasgados
Detrás de mi mirar no hay nada ni nadie
sin tus soles
