Remedio contra la impaciencia

Deja que avance el otoño, que el pulso de septiembre adentre y se recoja.

Que la humedad se abrevie y la tarde sea corta.

Que el día sea un concierto de ocres y amarillos.

Deja que ordene mi casa, mis pasos, mis motivos…

Deja que me resuelva y te resuelva conmigo. Deja que me constele y regrese, que llore dignamente, que barra la ceniza de la sombra.

Y al amor, si es que llega…
Déjalo  ¡qué se arroje! Déjalo que se muestre, que luzca, que provoque.

Que vista su intención con las mejores galas.

Que tropiece y se caiga de bruces en esta soledad tan hilvanada.
Déjalo que huya un tiempo, que se quede en silencio, que se mire y se enfrente a su vértigo. Déjalo que renazca y se eleve, déjalo que nos sueñe. 
Déjalo que respire, que vibre, que desee, que se lance y te toque y se queme los dedos.
Deja, que llegue el frío del invierno y que huela el viento a limpio, como huele en noviembre. Déjalo que se arriesgue, que se acerque a mi pecho y pueda ver las ramas desnudas de mi abrazo. Deja que me sacuda, que vuelen de mí los pájaros, que mi interior sea haga trigo y nutra el corazón desentrenado.

Deja que se acomode, que fluya por instinto, que se enrede y trace un camino sin nudos en su trama.

Deja que nos contemple, que nos mire a los ojos y que así ¡se haga llama!

Dejémosle que vuele, que se alce, que prenda y nos habite.

Que aprenda nuestros nombres y en la boca los goce.

Déjalo que nos ría y nos llore, déjame que le escriba y le añore, que le roce los labios con el beso prohibido.  

Déjame que lo temple, que lo estrene, que lo queme, que lo arroye contigo.

Entonces si resiste, yo al fin me habré rendido.

Déjame perdonarle por habernos vencido.

Déjame que lo tenga,  que despierte a mi lado. Déjame que lo abrace, que lo lleve en la entraña, que lo meza contigo en el fuego del alma.

¡Démosle el privilegio de ser libre!

Que crezca, que sea como un niño, que nos busca en su juego.
Y entonces, simplemente: dejémosle suceder… 

No hagamos el amor…

Que sea él, quien nos haga.

Escucha «Remedio Contra La Impaciencia» en Spreaker.

Publicado por

mayde molina

Escritura, Espiritualidad. Medicina Tradicional China

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