Solsticio de verano, 21-6-2020
«La senda del corazón»
Que la energía y la fuerza de este nuevo ciclo
nos sostenga y enseñe
a estar siempre presentes,
aquí, entre el cielo y la tierra.
Que cada rayo de Sol nos sane,
nos renueve, nos limpie y nos haga ser amor.
Que la gran Madre Divina tome presencia
en nuestra sangre-agua-y-tierra
y en nuestros corazones-fuego-de-amor.
Y así, que nuestro corazón
sea por siempre el oficio
y el oficio sea el camino
que dicte desde el pecho
nuestra verdadera voz.
Que podamos desprendernos de todo
lo que ya NO nos pertenece
y de todo, a lo que ya NO pertenecemos.
Que podamos levantarnos y alzar un canto y un rezo
por nuestro espíritu libre, por nuestro cuerpo hogar y templo,
por nuestra mente aliada
por nuestro corazón:
guerrero de paz y amor.
Que la palabra sea honesta
y el amor sea la danza
y la Madre Divina nos acoja por siempre
en su templo-útero
Y Sea uno el Padre Sol
con nuestro espíritu-luz.
Con cada hombre y mujer sobre la tierra
viajando siempre en presencia
la senda del corazón.

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