
si tú no estás
golondrinas azules
buscan tus versos
Día 8, December. «Y entonces fue, la poesía»
Día 8 y llegó la poesía. Primero pequeñísima como una furia diminuta. Como el huesecito roto en la aceituna o como un pequeño riachuelo y un arroyo y la primera niñez. Llegó a mi piel y entonces aquella muerte ya no fue mía, ni tuya, ni tan siquiera fue nuestra. Aquella muerte ya no fue muerte porque llegó la poesía y quiso ser Tsunami; porque el tiempo y la palabra todo lo gobiernan, como el orden preciso de la naturaleza gobierna sobre el Todo. Y mi naturaleza fue entonces poesía; ni tuya, ni mía, ni de nadie. Sólo para el aire: poesía. Sólo para mi boca desalojada, habitada solamente por su boca de culebra. Sólo para salvarme de aquel friísimo diciembre: poesía, por los dedos, por todos los renglones, por todos los recorridos del instinto y para cada lenguaje.
La poesía era mía porque yo bajaba por sus muslos y ella se arraigaba a mis raíces. Ella era una hiedra trepadora que engendraba en mi pecho un hijo y yo nutría a mi hijo y la poesía hacía exactamente lo mismo conmigo.
Y entonces se me hizo roja la poesía, como la sangre y el fuego y lo que salva al corazón de los que mueren, o casi creen que están muriendo de amor sin la poesía.
Menos mal que he podido llegar a tu Blog ya que al cambiar la licencia del antivirus me daba algo de error por malware o algo parecido.
He podido introducir tu dirección para desbloquear ese impedimento y seguir tu Blog sin contratiempos.
Bonito relato el que acabo de leer, felicidades.
Un abrazo y feliz semana.
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Y yo que me alegro mucho. Muchísimas gracias, Rafael. Un abrazo grande para ti y feliz semana.
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